El cólico renal es tan doloroso como un parto... o más. Independientemente de su tamaño, una piedra que desciende de los riñones y obstruye el uréter puede provocar un dolor tan intenso que muchos lo asemejan a los dolores de parto en las mujeres.
En la Argentina casi 2 millones de personas padecen cálculos renales, y entre 8 a 10 % de la población tiene riesgos de padecer dolores por su causa a lo largo de su vida.
Más frecuente en varones; el sedentarismo, una baja ingesta de liquidos, un alto consumo de carnes y sodio son los factores que influyen fuertemente en su desarrollo.
Una vez resuelto el cuadro por eliminación espontánea y/o tratamiento médico, si no se estudia y modifica el estilo de vida habrá un 50 % de probabilidad de que se forme otra en el transcurso de lo 5 a 7 años siguientes.
Un cólico renal suele ser tan doloroso, asimilandolo a los dolores de parto y muchos hombre llegan a “arrodillarse ante él”.
Muchos pacientes viven con miedo al dolor que pueden provocar los cálculos renales como así también a que los tratamientos sean cruentos y dolorosos.
Pero tranquilos, HOY a diferencia de lo que ocurría hace unos años, es mucho más simple eliminarlos con métodos mínimamente invasivos y el paciente no sufre.
La tecnología ha representado un papel clave, de manera que el tratamiento de los cálculos urinarios ha evolucionado a técnicas quirúrgicas menos invasivas como la cirugía endoscópica con láser holmium. Este es extremadamente eficiente para la fragmentación de cálculos, independientemente de su composición y tamaño.
La aplicación clínica de este nuevo tratamiento ha representado para el paciente una mejor calidad de vida, con una disminución de las complicaciones, la estancia hospitalaria y la necesidad de otros tratamientos complementarios con el consecuente ahorro sanitario.
Esta nueva forma permite dar una solución rápida y efectiva que la sociedad demanda.
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